24.6.06

El Caos XXI: Autómatas del amor

Me pide el número de teléfono y yo, claro, se lo doy. Bien, algo normal, ¿no? Sí, pero es ahí donde comienza la cruzada; ella, vestida con traje de fiesta, se marcha y yo me quedo con mis cosas. Actué de forma espontánea, con cierta dosis de educación, creo. "¿Te importa darme tu número de teléfono?" me dijo ella en el momento en que se acercó a mí en la discoteca. Sencillas palabras a las que a uno le ponen en un tremendo aprieto. "Si no me conoce, ¿para qué querrá mi teléfono?" Fue ahí donde me paré a pensar y deduje que yo también hacía lo mismo siempre....siempre que me gustaba una chica. ¿Aquello era porque yo el gustaba? ¿Era eso lo que ocurría? No creo, ella no me conocía. Me había visto dos veces contadas en aquel lugar, que yo supiese. Tal vez no me había fijado en ella, no sé.

A pesar de ello, nunca me llamó. La noté algo ebria aquel día y, desde luego, pasé de insistir. Además, a mí me gustaba otra persona. Pensé que el hecho de pedirme el teléfono era una manera de intentar ser mi amiga, que no quería nada más; solo ser amigos. Bien, supongo. Pero, entonces ¿por qué nunca me había llamado? Después de pensar en lo ocurrido me dediqué a hacer mis cosas.

En otra ocasión yo salía con unos amigos a tomar algo y, para variar, cambiamos de lugar. A mí siempre me gustó cambiar y hacer cosas nuevas. Nos alcoholizamos, como cada vez que salíamos juntos y ya hacía algún tiempo que no nos juntábamos. Era el cumpleaños de Xavier. Allí, cerca de la barra de aquel bar, estaba ella, radiante, preciosa, bella; yo, me enamoré nada más verla. Sentí un espasmo en mi estómago y sentí unas ansiosas ganas de acercarme a ella. Pero no. La miré fijamente y creo que ella también me miró. Bajé la mirada y al volverla, ya no estaba. La busqué por toda la sala y cuando la encontré, me volví a fijar en aquellos ojos negros. Aguanté la mirada y cuando ella bajó la guardia, yo seguía mirándola. Ahí estaba; pensaba que tendría alguna posibilidad. La música alta y los focos y lasers cegaban mis ojos. Agarré el vaso de whisky y lancé un trago contra mi hígado; ahora tenía fuerzas suficientes para acercarme y allá que fui. Me acerqué seguro de mí y me presenté; le pedí el teléfono y hablamos un rato. Parecía buena persona.

La estuve llamando numerosas veces. Al principio parecía interesada en quedar y charlar. Creo que yo le interesaba. Poco a poco la cosa se fue deteriorando. Ya no respondía a mis llamadas y, cuando llamaba, a menudo me decía que tenía prisa y que ya nos veíamos. Estuve algún tiempo mandándole flores a casa y escribiéndole numerosos mensajes llenos de ternura; hasta que me cansé. Estuve así tres meses. Ella me gustaba mucho pero se ve que por mí ella no sentía lo mismo. Me recuperé del varapalo en poco tiempo. Nunca más la he vuelto a ver.

Meses después, llegó el día en que, aquella chica de la disco que me pidió el teléfono, me llamó. Ni me acordaba de ella. Hablando por teléfono me tuvo que contar muchas cosas para poder recordarla. Nos vimos en dos semanas casi todos los días. ella me contaba parte de su vida y yo, bueno, yo le contaba anécdotas de toda la mía. Daba la casualidad que siempre me llamaba ella. Al principio me parecía agradable. Hubo un día en que pensé: "Vaya, como agobia, tio". Se lo decía yo a mi amigo Jacques, mi compañero de piso. Lo conocí hacía algún tiempo y me conocía hasta mejor que yo mismo. Lucía, que así se llamaba ella, me enviaba siempre mensajes muy cariñosos. Joder; si yo solo pretendía ser su amigo. ¿Todos esos detalles significaban que quería algo conmigo? ¿Qué había fallado? En ese momento recordé una chica que conocí y estuve mandándole mensajes cariñosos y haciéndole regalos. Creo que llegué a agobiarla. Se trataba de la misma situación, pero a la inversa.

Estuve algún tiempo observando a la gente, sus comportamientos, sus reacciones; me fijé en cómo vivían el amor. Ahí descubrí que todos nos comportamos de la misma forma o, al menos, existen detalles que todo el mundo tiene. Tú le sigues a ella; ella te mira y tú le aguantas la mirada. Ella, ella baja la cabeza y en cuanto aguantes un poco mirándola, te vuelve a mirar; a ella le pareces al menos "graciosico". Tú estás allí preguntándote que qué hace una chica como ella en un lugar como este y zas, te vuelve a mirar. No para de mirarte; le "atraes" Chico, es el momento. Reúnes fuerzas y te diriges a ella para verla de más cerca. Pasas por su lado y vaya, es preciosa. Os miráis; no es que te considere el hombre más atractivo ni el hombre de su vida, pero le resultas "guapo". Es el momento del acercamiento.

Nadie hace nada por nadie, así que si te pregunta por tu vida, lo más seguro es que le "intereses". El amor es el engranaje que mueve el mundo, por lo que una persona que siente algo por ti intentará conocerte; para ello existen muchas opciones: desear que vayas a su a casa, decirte que no te vayas, invitarte a tomar algo, acompañarte al cine o preocuparse por tus problemas. Que te llama porque dice estar aburrida en su casa...quiere verte. Debes darle tu confianza, ella lo sabrá valorar. El error comienza en el instante en el que tu cabeza va mucho más allá de la realidad y piensas en un futuro próximo. Deja que el momento fluya por sí sólo, no lo fuerces. Déjate llevar.

Pero no; todo es un sueño, una fantasía y, como tal, no es real. No pienses en lo que pueda o no pueda pasar; te agobiarás. "La felicidad, como la sombra, es una fantasía. Todos los conceptos lo son, el amor, el miedo, la pasión...¿que son? Sueños. Intentar definirlos es como intentar encerrar el tiempo en un reloj. Las definiciones son imprecisas y vagas. Apuesto por la experiencia, sentir y no definir; sentir el tiempo deja marcas en el cuerpo". No esperes a que te llamen, ves tú si quieres verla. No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy pero quieto, quédate parado por un momento, y haz las cosas bien. El amor es un tira y afloja y como personas que somos, tenemos comportamientos similares. Los sentimientos, al final, son inherentes en las personas. Parecemos autómatas; autómatas del amor.

José M. Sánchez "Daze"

2 Comments:

Blogger Unknown said...

Maldito amor que tanto da que tanto quita y ahí vamos... ja! Fue como meterse un ratito en la mente masculina... al final quién sabe, no hay recetas, no hay reglas, las cosas que pasan deben pasar el destino se obliga y nos hace escogerlo :)

Por cierto eso de los ligues y cosas así... soy tan tan tan mala que explica mi eterna soltería jiji

6:41 p. m.  
Blogger Eugenia said...

"El amor es un tira y afloja y como personas que somos, tenemos comportamientos similares."

me gustó mucho el post, es muy cierto lo que dices, todo hacemos lo mismo solo que respecto a distintas personas,,,, pero, cuando es recíproco, ahi viene el tira y afloja, que puedes tomartelo como divertido, o como agotador, es tu opcion, yo creo en disfrutarlo con calma, como tu dices, no andar pensando en el futuro, no adelantarse, ir paso a paso, saboreando cada momento....... cosa dificil no andar haciendo planes, más para las mujeres jaja pero así se disfruta más...

saludos!!!

siempre fan de este blog!

6:46 p. m.  

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